LA BELLEZA DE ESTAR TRISTE

De alguna manera, mas o menos intuitiva, todos sabemos que nuestros estados de ánimo terminan por influir en la imagen que damos al mundo. Verdad es también, que no nos sorprendería tanto la magnitud de esta relación, de no ser por la hegemónica sensación de dicotomía que la cultura occidental impone al par cuerpo-mente. Y sin embargo, alguien me apunta, con extrema lucidez, que las relaciones humanas se dan en tríos y no en pares...

El hecho es que a pesar de mi sensación de desgano o fragilidad, a pesar de mi desasosiego esporádico y de mi más frecuente tristeza, el mundo viene a informarme sobre la belleza. La belleza, o la lindura, o la flacura, que se ha instalado en mi. El mundo me informa y yo lo miro como preguntándole de qué me habla, a qué se refiere, de dónde sale, y sobretodo, cómo es posible si yo en cambio me siento mal. Y cómo es posible si la balanza y el espejo y hasta la poesía, devuelven imágenes más o menos precisas, más o menos precisamente similares a las de antes. y en cambio el mundo informa sin precisión pero con una contundencia por demás amable.

El mundo, el resto del mundo, lo que está del otro lado de la piel, es eso que viene a completar el trío, es eso que viene a dar sentido al par, es eso que viene a definirlo, o la revés, es eso que viene a ser definido por todo aquello de lo que no formamos parte, pero que necesitamos imprescindiblemente para ser definidos. es eso que nos informa –y solo eso nos informa- sobre lo que somos. es también eso que entre otras cosas, dice que no es lo mismo la carne que los impulsos eléctricos que en la carne se suceden.

El hecho es también que cuando el mundo me ofrece un piropo, no puedo más que darme la vuelta por dentro, como buscando al destinatario, el rubor de una cara pícara, el olor de una feromona atrevida...me quedo perpleja buscando y aún no lo encuentro. No me encuentro, no la encuentro.

Verdad es también, que desde hace ya un buen rato, lo “bello” a dejado de ser Lo Bello, para pasar simplemente a ser bello... tal vez al fin de eso se trate.